jueves, 13 de octubre de 2016

13. Lluvia, zancudos y cortes de luz


Aquella tarde, como otras muchas, se volvió a cortar la energía eléctrica en la casa de India. O se debería decir que alguien la había secuestrado. Alguien de la empresa estatal. Porque el suministro es un monopolio del Estado, como ya casi todo. O tal vez se debía la avería a alguna eventualidad por la lluvia que estaba cayendo. O igual era por omisión. Se debería hacer mantenimiento de las líneas del tendido eléctrico y podar los árboles que crecen enredados en él, pero no se hace, y con cualquier viento fuerte hay fallas.
Todo eso sin contar que en verano, cuando hay sequía, también hay racionamiento eléctrico en todo el país. Este año han sido cuatro horas diarias. A India, como vive cerca del hospital y de la residencia del gobernador, no se la cortan. Tiene suerte.
No se sabe cuánto durará la interrupción. Paciencia. Mucha paciencia con el calor y los zancudos.
Hace unos cuatro meses le dio a India la virosis del zika, que la transmite un mosquito, y si se complica puede ser letal. La mujer fue llevando la enfermedad como pudo, pero un amigo suyo murió de eso hace poco.
Venezuela está en ruinas. La han dejado así las corruptelas del gobierno y su ineficacia. No hay químicos para los planes de fumigación que se hacían antes, ni de prevención de proliferación de los transmisores de chikungunya, zika y dengue; los zancudos. Se ha retrocedido en materia epidemiológica. Ni siquiera hay vacunas para los bebés recién nacidos. Han reaparecido enfermedades ya erradicadas como la malaria o la difteria. Y las instituciones públicas no emiten sus informes para tratar de esconder la realidad.
Ya paró de llover. Es posible que repongan el servicio pronto.
Poco se puede hacer sin electricidad y con lluvia. Muy poco. Sentarse bajo techo en el balcón a fresquear y a matar zancudos. La ciudad se paraliza, y si el apagón es general, el país completo queda casi muerto. Todo queda obstaculizado, desde el tránsito, hasta las tiendas, los bancos, los hospitales, todo. E incluso causa muertes.
El gobierno le echa la culpa al fenómeno metereológico de La Niña o El Niño que causa sequías y merman la capacidad de generación eléctrica del principal embalse del país, el Gury. Con tanto dinero que ha entrado a las arcas del tesoro nacional no han sido capaces de buscar alternativas. Difícil de creer. Es demasiada la corrupción y la ineptitud. Antes hasta se exportaba electricidad a países vecinos.
Durante los cortes de energía, hay que desconectar todos los aparatos eléctricos porque cuando reponen el suministro a veces llega con alto voltaje y se quema todo. Y no hay a quién reclamar.
También se producen cortes programados. Son de cuatro horas, van por zonas y varían de horario, pudiendo tocar desde las doce de la medianoche hasta las cuatro de la madrugada. La pobre gente tiene que desconectar y conectar los aparatos a esa hora sin poder dormir tranquila.
Así se vive en Venezuela. La población está agobiada, cansada y desmoralizada.
Hace unos dos o tres años,  cuando la gente salió a las calles a protestar, el gobierno reprimió fuertemente las manifestaciones, violaron los derechos humanos de personas inocentes, hubo muertos, detenciones ilegales, y para no ser inculpados por delitos de lesa humanidad, crearon bandas con civiles, los llamados "colectivos armados", que hicieron y todavía hacen el trabajo sucio de represión. Si estás tranquilamente en una calle con miles de personas manifestando, llegan los colectivos disparando a mansalva y los órganos de seguridad del Estado no hacen nada para evitarlo. Actúan con total impunidad. Todavía hay muchos jóvenes detenidos ilegalmente sin  haber cometido ningún delito, con procesos judiciales amañados, que llevan años encarcelados.
Y, así y todo, la gente ha salido a manifestarse hace poco a la calle en Caracas, pero las protestas han mermado mucho.
Visto desde afuera, pareciera que el venezolano es conformista; no hay comida y no protesta, no hay medicinas y se conforma, hay problemas por todas partes y la gente no se moviliza por sus derechos; pero no es tan sencillo. La represión es muy fuerte, la violación de los derechos humanos se ha institucionalizado y se han perfeccionado sus mecanismos. Es una lucha muy desigual. Quienes están gobernando actúan al margen de la ley y se apoyan en la delincuencia común.
En Venezuela se tiene tanto miedo a los policías como a los ladrones y asesinos. Son los mismos.
En esta sociedad se ha roto el contrato social. Está deshecha y pasarán años para que la situación mejore después de sacar a los malandros del poder.
Es una lástima el pobre país. Cada día más y más venezolanos huyen al extranjero. Quienes se quedan lo hacen porque no tienen cómo emigrar. Aunque también hay gente que, por más increíble que parezca, apoyan al gobierno. Son ingenuos o enchufados.
-Una hora ya sin energía eléctrica -dijo India en sus adentros.